Es casi la una de la mañana y en unas horas debo
presentarme nuevamente en la Universidad para cumplir el sinnúmero de
compromisos que son propios de la vida académica. Calificar exámenes,
escribir reportes, rellenar formularios, organizar visitas, solicitar
fondos... La vida de estudiante de doctorado especializándose (todavía
más) en Relaciones Internacionales se resume en llenar hojas y hojas de
papel a la espera de que un buen día algunas de ellas condensen un par
de ideas originales que hagan algo de sentido y lo conviertan en Doctor. En Filosofía.
Es en este contexto de rutinaria redacción de textos que, a modo de entretenimiento, he decidido retomar mi actividad como "blogger". No hay peor decisión para escapar de la monotonía que produce la redacción de una tesis doctoral que acaso menos de diez personas leerán (y eso es un pronóstico demasiado positivo) que comenzar un blog que inherentemente conllevará escribir, de cuando en cuando, textos que probablemente nadie lea. Pero en la esperanza de que alguien tenga tiempo de sobra y esté interesado en lo que un servidor pueda decir, he decidido volver a estos lares de la, a veces también llamada, "blogósfera".
Así, sin más ni más, sin aspavientos, bombos ni platillos, me aposentaré nuevamente en este rincón del Internet para compartir con ustedes, queridos lectores, mis humildes opiniones sobre lo que sea que ese día esté en boga. Sean bienvenidos, pues, a uno más de mis múltiples intentos de hacerme un renombrado blogger, que vive de la opinión publicada y que, por ende, siempre estará en riesgo de convertirse en un simple opinólogo.
Los invito entonces a que me acompañen en este seminuevo desafío. Háganme llegar a través de este medio sus comentarios, sugerencias, opiniones, abucheos y rechiflas. Todos serán bienvenidos y, cuando el tiempo y la tesis lo permitan, respondidos. Pero eso sí, siempre agradecidos.
¡Nos leemos pronto!
Es en este contexto de rutinaria redacción de textos que, a modo de entretenimiento, he decidido retomar mi actividad como "blogger". No hay peor decisión para escapar de la monotonía que produce la redacción de una tesis doctoral que acaso menos de diez personas leerán (y eso es un pronóstico demasiado positivo) que comenzar un blog que inherentemente conllevará escribir, de cuando en cuando, textos que probablemente nadie lea. Pero en la esperanza de que alguien tenga tiempo de sobra y esté interesado en lo que un servidor pueda decir, he decidido volver a estos lares de la, a veces también llamada, "blogósfera".
Así, sin más ni más, sin aspavientos, bombos ni platillos, me aposentaré nuevamente en este rincón del Internet para compartir con ustedes, queridos lectores, mis humildes opiniones sobre lo que sea que ese día esté en boga. Sean bienvenidos, pues, a uno más de mis múltiples intentos de hacerme un renombrado blogger, que vive de la opinión publicada y que, por ende, siempre estará en riesgo de convertirse en un simple opinólogo.
Los invito entonces a que me acompañen en este seminuevo desafío. Háganme llegar a través de este medio sus comentarios, sugerencias, opiniones, abucheos y rechiflas. Todos serán bienvenidos y, cuando el tiempo y la tesis lo permitan, respondidos. Pero eso sí, siempre agradecidos.
¡Nos leemos pronto!